jueves, 21 de agosto de 2014

La Rinconera‏

Por Fernando Ruiz del Castillo

Pues si de por sí éramos muchos y ahora hasta parió la abuela.
Así deben estar pensando muchos auténticos panistas bajacalifornianos con los últimos acontecimientos políticos al interior del Partido Acción Nacional y sobre todo con la sorpresiva renuncia a la militancia que por más de 20 años mantuvo el ex precandidato a gobernador del Estado, Héctor Osuna Jaime.

Quiérase que no y aunque ahora muchos neo panistas renieguen del ex alcalde, ex diputado local y ex diputado federal, e incluso hasta por las redes sociales festejan el hecho, su salida del PAN cimbró las estructuras de dicho instituto político y, sobre todo, levantó una alerta generalizada en el Gobierno del Estado.
Héctor Osuna Jaime ha sido considerado por propios y extraños, uno de los mejores alcaldes que ha tenido Tijuana, Baja California. Su presencia en las cámaras tanto local como en el Senado de la República registró un buen desempeño.
Su carrera política y trayectoria profesional, por supuesto también su amistad con el expresidente Vicente Fox, le permitieron incorporarse a la Cofetel donde ocupó la presidencia.
Osuna Jaime pues, no es ningún improvisado y es, de hecho, uno de los panistas de mayor arraigo y convicción.
Sin embargo, a través de una carta y un texto no mayor de tres líneas, decidió dejar el partido de sus amores, por considerar que está convertido hoy en una agencia de colocaciones del gobernador Francisco Vega de Lamadrid y una mala réplica de lo que tanto han criticado del Revolucionario Institucional.
Pero si bien la renuncia de Osuna Jaime tiene de per se un peso político específico pues abre un importante espacio que, aunque traten de minimizarlo, será difícil de llenar, lo verdaderamente importante son las razones que lo orillaron a tomar tal determinación y que sin duda, merecen una investigación.
Y estas, las razones, tiene que ver con el uso de recursos públicos del Gobierno del Estado, económicos y humanos, para afiliar al PAN al mero estilo corporativista a alrededor de 25 mil militantes y alcanzar el control del grupo político en el poder para las candidaturas en el proceso electoral federal del año próximo.
El “Operativo Pizcas” del que sin duda alguna tiene conocimiento el dirigente estatal José Luis Ovando Patrón y que tiene como operadores estatales a la Oficial Mayor, Loreto Quintero y al tiular de Sedesoe, Ricardo Magaña, es ya del conocimiento público tras la publicación este miércoles en la columna de la periodista Dora Elena Cortés.
La informada colega tijuanense no sólo da la meta global a inscribir en el padrón panista, sino los nombres de los responsables de jalar a los nuevos panistas, varios de ellos funcionarios del Gobierno del Estado.
De acuerdo con Dora Elena la exdiputada local Lizbeth Mata, actual secretaria general del PAN, se hizo responsable de la “operación” en Ensenada y logró reunir los nombres de 2 mil personas. Y agrega en la lista: 
  Arnulfo Guerrero León, actual subsecretario de Desarrollo Social del Gobierno del Estado en la Zona Costa prometió cooperar con 3 mil miembros en Tijuana. 
Manuel Pons Agundez, (Sub secretario de Desarrollo Social y Humano) de Mexicali, con mil integrantes. 
 Manuel González Reyes, delegado de la Oficialía Mayor de Gobierno en Tijuana, con mil 500 afiliados. 
Carlos Torres Torres, director de Seguro Popular, con otras mil personas.
El actual dirigente juvenil del PAN en el Estado, Christopher Domínguez, con 500 personas. 
 Luis Iván Pérez, dirigente juvenil en Tijuana, con 500. 
 El director de Juventud en el Estado, Manuel Rudecindo García Fonseca, con otros 500, y Alfonso Álvarez Juan, director de la CESPT, con otros 500. Faltó el resto de los nombres de quienes se pusieron a “pizcar”.
Es fácil pues entender que programas sociales del Estado, como las tarjeta “De la mano contigo”, distribución de despensas, ayuda a ancianos, becas juveniles, madres solteras, afiliación al Seguro Popular y descuentos especiales en el consumo de agua, pudieran estar siendo utilizados para “jalar” a los nuevos militantes.
Así que aunque el Estado y el CDE del PAN quien ver la renuncia de Osuna Jaime como una decisión personal y prácticamente justificar aquello de que ni hace falta en el que se va ni sobra el que se queda, para echarle tierra al asunto, estamos seguros que todavía falta mucho por ver.

Tiempo al tiempo.

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